El pensamiento detrás
de Construir, habitar, pensar es producido como consecuencia de una reflexión de predominante relevancia por parte de Martin Heidegger, quien fuera uno de los pensadores alemanes más
influyentes del siglo pasado. Reflexión concebida en un momento de la historia
critica. El escenario histórico circunstancial que sirve de trasfondo en la generación
del porqué de esta reflexión es el periodo de post-guerra.
Después de la
Segunda Guerra Mundial Alemania pasaba por una aguda carencia de viviendas ya
que innumerables construcciones habían sido devastadas producto de los
bombardeos durante la guerra. Dada la inherente demanda de viviendas se
proyectaron horribles construcciones masivas que servirían para satisfacer
dicha demanda.
El escrito de Heidegger es una reflexión que busca la crítica y
en buena medida un paro a ese tipo de soluciones habitacionales. Heidegger como
un entendido del lenguaje le imprime al mismo un protagonismo e importancia
inmensurable mientras que analiza el significado de esas tres palabras que
sirven como título “Construir, habitar, pensar”. Aplica la lógica y el análisis
concienzudo en busca de un argumento irrevocable que a primera intención anuda
el construir con el habitar. Estos dos términos que conjugan dos actividades
distintas al mismo tiempo tienen relaciones esenciales, ya que construir, es en
sí mismo, habitar.
El hombre ha olvidado si es que alguna vez se encontraba al tanto de que conlleva el habitar, y solo si sabemos esto sabremos como habitar y solo si somos capaces de habitar podremos construir con el criterio adecuado. Al mismo tiempo si construir y habitar ganan cabida en lo que es digno de ser preguntado entonces serian dignos de ser pensados. Y es ahí donde radica la importancia. Importancia que alberga con marcado optimismo un replanteo de la soluciones habitacionales que carecen de algo tan intrínseco en el ser humano como es la dignidad. Entendiendo que la carencia de vivienda no radica en la carencia misma sino que reside en el hecho fundamental de que el hombre tiene que volverse atrás para entender y aprender primero en toda su justa dimensión a habitar.
El hombre ha olvidado si es que alguna vez se encontraba al tanto de que conlleva el habitar, y solo si sabemos esto sabremos como habitar y solo si somos capaces de habitar podremos construir con el criterio adecuado. Al mismo tiempo si construir y habitar ganan cabida en lo que es digno de ser preguntado entonces serian dignos de ser pensados. Y es ahí donde radica la importancia. Importancia que alberga con marcado optimismo un replanteo de la soluciones habitacionales que carecen de algo tan intrínseco en el ser humano como es la dignidad. Entendiendo que la carencia de vivienda no radica en la carencia misma sino que reside en el hecho fundamental de que el hombre tiene que volverse atrás para entender y aprender primero en toda su justa dimensión a habitar.