martes, 25 de enero de 2011

La Exactidud- Las Seis Propuestas Para El Proximo Milenio / Italo Calvino

  
Por Emmanuel Mercado Brito 



Con el lenguaje podemos decir las cosas de formas muy diversas, de todas estas formas solo una es exacta. Calvino define la exactitud en una obra como el diseño estructural, bien definido y calculado; la evocación de imágenes nítidas, poderosas; y el uso de un lenguaje preciso, de relojería.
  
Para Calvino el uso del lenguaje casual, aproximativo y negligente se convertía en una molestia intolerable. La carencia de exactitud es una peste que no solo se circunscribe al lenguaje sino también a las imágenes, imágenes carentes de fuerza e impacto, sin capacidad de imponerse a la atención más bien son como una nube con grandes tendencias a disolverse. Debido al influjo de los medios de comunicación masiva hay una dilución de los significados y las posibilidades expresivas la cual debe y puede ser solo contrarrestada con la literatura.
   
Podríamos recordar al inminente escritor austriaco Karl Kraus quien estuvo comprometido con el lenguaje, es más lo catalogaba como agente de cambio. ¨Una sociedad que no cuida el lenguaje está perdida, quien lo hace tiene un arma vital¨. Evidentemente Italo Calvino podría muy bien estar de acuerdo con Kraus.
   
Es interesante como Calvino elige a Leopardi con su planteamiento de lo vago, la cual en teoría podría parecer contradictoria a la exactitud y le da un giro a su favor. Leopardi hace elogio a lo vago en un texto de Zibaldone en el cual se narra unos eventos con una atención meticulosa, hermosamente precisa a los detalles. No hay límite a la minuciosidad con que se puede contar la historia más sencilla.
   
La confrontación de ideas propuestas por diferentes autores como Leopardi, Paul Valéry, Marianne Moore, William Carlos Williams, Roland Barthes, surgen de manera orgánica y habitual. Estas ideas planteadas le dan valides y sirven para ilustrar sus puntos. La exactitud no se consigue con una fórmula infalible a primera intención, más bien con una búsqueda e intención acerrima y un manejo concienzudo de las diferentes coyunturas del campo del conocimiento que queramos  plasmar. En la hoja 265 del códice Atlántico, Leonardo Da Vinci pasa a presentar pruebas del crecimiento de la tierra. Luego pasa a los fósiles marinos encontrados en las montañas, especialmente a unos huesos que supuestamente pertenecieron a un monstruo marino que data de los tiempos antes del diluvio. El hecho es que Leonardo a lo mejor maravillado con la imagen del animal vuelve a la página tratando tres veces de plasmar una frase que evocara la majestuosidad de dicho animal marino. Es evidente en el escrito como Leonardo le añade y le cambia palabras a la frase. La búsqueda de la exactitud le tomo tres intentos a Leonardo, con lo que se da énfasis a que la exactitud no es cuestión que se deba dejar al azar, a la ligera, mas bien, debe existir una intención al compromiso.
   
La palabra debe ser entendida como la persecución constantes de las cosas, de las ideas. Solo asi estaríamos acercándonos a la postura de abrazar la exactitud, la cual no se nos concede de manera fortuita.

El discurso de Calvino, La Exactitud, posee gran fuerza y estruendosa  potencia. El autor plantea la idea en alusión a la literatura, sin embargo la exactitud posee la versatilidad la cual la convierte no solo en parte imprescindible de toda búsqueda en cualquiera de las ramas del conocimiento, sino también, en cualquier empresa o labor por más trivial y habitual que parezca.

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